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Día de Muertos: Tradición Mexicana

  • Nicole Delgadillo
  • 24 nov 2017
  • 4 Min. de lectura

Con la nueva película de animada de Disney “Coco” esta festividad mexicana traspasará fronteras alrededor del mundo, puesto que el lanzamiento mundial es en el mes de Noviembre del 2017 y será mostrada a más de 20 países, siendo México el primer país donde se estrenó la película el día 27 de Octubre de este mismo año.

La película muestra muchos de los aspectos culturales que le brindamos a cada objeto y el significado de tal, pero por otro lado la historia no animada de está celebración va un poco más allá desde tiempos prehispánicos.

Al mexicano se le estereotipa con una típica imagen del sombrerudo bigotón debajo de un cactus, además de ser alegre y reírse de sus propias tragedias, como lo es la muerte y tal es esto que en nuestro calendario tenemos un día para rendirle homenaje a la muerte. Cosa que en otros países la muerte se le teme, cosa contraria a nosotros los mexicanos que le tenemos respeto y lo tomamos de manera humorística de lo que conlleva esto.

Orgullosamente es una tradición milenaria que las culturas prehispánicas hacían para rendirle culto a la muerte que valoraban y consagraban. Si nos vamos 3 mil años atrás, nos damos cuenta que los sacrificios humanos fueron parte de su vida cotidiana de nuestros ancestros y que eran necesarios para que los dioses estuvieran contentos puesto que un Dios enojado podría ser la perdición para su pueblo, más valía no arriesgarse y brindar los sacrificios que fueran necesarios.

Dentro de la visión prehispánica, el acto de morir era el comienzo de un viaje hacia el Mictlán, o sea, al inframundo y solo después de haber rondado por todos los pisos del Mictlán podía al fin llegar a descansar.

Desde ahí nos vamos dando cuenta que la muerte no era de que temer, si no que era un privilegio servir a los Dioses. En tiempos de guerra era común que se guardaran los cráneos de los enemigos y se utilizaran en ritos que se relacionaban a la muerte o el renacimiento. Claro todo esto antes de que llegaran los españoles y nos dijeran que no era manera de comportarnos.

Las culturas prehispánicas de Mesoamérica tenían una fiesta pequeña donde se les celebraba a los niños pequeños difuntos y 20 días después la fiesta grande donde se celebraba a los grandes, se creía que en esos dos días los espíritus de los difuntos bajaban y estaban entre los vivos. Con la llegada de los misioneros esta festividad se adaptó al catolicismo y fue así como se fusionó esta festividad.

Hoy en día la muerte a pesar de ser algo trágico y triste por la pérdida de ese ser querido que paso a una mejor vida. La manera que tenemos los mexicanos es el primero de noviembre para los infantes hacerle su altar de muerto, poniendo comida, juguetes, ropa, velas, fotografías, flores, etc. En espera que el niño disfrute de lo que la familia le ofrece y el segundo día de noviembre el día que se le celebra a los adultos con la misma temática.

Los altares de muertos son complejos por cada aspecto que se debe de contemplar para que el ser querido tenga paz y pueda llegar al “Mictlán” (como originalmente los aztecas creían) cada artículo colocado tiene su significado algunas cosas varían pues al difunto que se le hace el altar se le trata de personificar poniendo las cosas que le gustaban como lo es su comida, su ropa, cosas quizás de su profesión o lo que le gustaba hacer, con la finalidad de que disfrute de todo lo que pudo disfrutar en la tierra.

Los objetos que no cambian y tienen un significado profundo son la estructura del altar, poniendo los niveles debe de ser de 2, 3 o 7 niveles el altar y decorado de las ofrendas que inviten al espíritu a viajar del mundo de los muertos al mundo de los vivos.

Los elementos usados en un altar de muertos son la cruz es un símbolo que se adjunto gracias a los misioneros españoles; el copal o el incienso siendo este un elemento prehispánico que limpia y purifica las energías del lugar; nuestro famoso papel picado que decora y representa la alegría de la festividad; las velas que son la luz que va a guiar al espíritu a llegar a este mundo; el agua que tiene mucho significados por si sola porque refleja la pureza del alma además que después del largo viaje que el espíritu a recorrido calme su sed; las flores que son el ornamento para los muertos, pero en este caso la flor de cempasúchil por su aroma al igual que las velas guía al espíritu a llegar a su destino; las calaveritas de azúcar que como ya lo dijimos hace alusión a la muerte en este ritual; un perro negro que es quien va a guiar y no se pierda.

Todo aquel se diga llamar mexicano, no es digno de llamarse así si no ha puesto un altar de muerto. Una tradición que solo nosotros hacemos, que nos divertimos y de reflexión puesto que tarde o temprano todos vamos a terminar en el mismo lugar.

En México no se escapa ninguna una escuela, ningún trabajo, alguna casa, un panteón de tener un altar de muertos acercándose la fecha del día de muertos, desfiles, bailes, nuestra manera humorística de reírnos de “la flaca” con las calaveritas que consisten en epitafios graciosos dedicados a un personaje público, tanto como a un familiar o amigo, entre más ingenio le pongas más divertido será.

Tradición que pasa de generación en generación convirtiéndose en un icono mexicano y que cuenta con mucha riqueza cultural exclusiva de México.


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